-Néstor, empiezo a pensar que nuestro Dallas pasa demasiado tiempo con Harry. - Decia ella mientras su marido se sentaba y colocaba los brazos cruzados en la mesa.
- ¿A qué te refieres?
- ¿Esque no te has dado cuenta? Dallas no se relaciona con ningún niño del barrio. He pensado que deberíamos ayudarlo.
Danna miró a Néstor, y más tarde cogió un folleto publicitario de la encimera que esta mañana había ido a parar a su buzón, y lo colocó justo en la mesa, a vista de Néstor. Él, acercó el folleto y lo leyó con atención.
- Un campamento de verano? Danna, no creo que sea buena idea. Dallas no querrá.
- Es por su bien - dijo ella convencida.
********
Llegó la hora de comer. Dallas ya estaba tocando al timbre. feliz. en la puerta de su casa. Danna abrió y él entró entusiasmado, contando todo lo que se había reído con su abuelo, y lo bien que lo habían pasado.
- ¡Hoy el abuelo me ha enseñado a jugar al ajedrez! Y me ha dejado, de nuevo, tocar su piano - dijo él mientras pasaba por el salón para dejar sus cosas e iba a la cocina y se sentaba al lado de su padre.
Danna colocó los platos en la mesa y recogió el folleto que aún seguía en la mesa. Dallas, antes de que su madre se lo guardase en el bolsillo preguntó:
- ¿Qué es eso? - Ella, sacó el folleto y Dallas lo pudo leer - ¿Un campamento?
- Sí, los campamentos son geniales ¿verdad? - comentó Néstor, intentando averiguar discretamente lo que le parecería a su hijo la idea de ir a uno.
- Puede ser.
- Espera, ¿me vais a mandar a un campamento de verano? - A Dallas se le borró la sonrisa de inmediato. No se hacía a la idea de un verano sin Harry..
- Dallas, ¡si te lo vas a pasar genial!
- Pero yo no quiero ir.
- Irás a ese campamento, ya está pagado y estoy segura de que algún día me lo agradecerás.
- Está bien, mamá. - Dijo él por fin.
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